Artista: Pedro González
Título de la exposición: Pedro González. Pinturas 1961 – 2001
Comisario: Carlos Díaz- Bertrana
Fecha: 12.07.2001 – 02.09.2001
Espacio: CAAM – Los Balcones 11. Las Palmas de Gran Canaria. España.
Horario: de martes a sábado de 10 a 21h. y domingos de 10 a 14h.

Desde el 12 de julio y hasta el 2 de septiembre, el CAAM mostrará ‘Pedro González. Pinturas 1961 – 2001’, la mayor selección que, sobre la creación de Pedro González, Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación en 1988, se ha organizado hasta ahora. Esta exposición exhibirá alrededor de 80 obras representativas de todas las etapas de este artista, ‘uno de los más interesantes del siglo XX en Canarias’, según palabras de Carlos Díaz- Bertrana, comisario de la muestra, copatrocinada por el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna y que posteriormente se expondrá en el Instituto de Canarias Cabrera Pinto de esta ciudad.
Desde Icerse, que comienza en 1961, ‘el punto de partida de lo que puede llamarse mi pintura’, explica González, hasta La Ciudad, última de sus series, realizada en 2001 y hasta ahora nunca expuesta, estarán en esta exposición del CAAM. Varias de las obras vienen de Madrid, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y de la Galería Sen, y será ésta la primera vez que puedan verse en Canarias.
Escribe Díaz-Bertrana en el catálogo de la muestra que ‘el Pedro González que emigra a Venezuela en 1955 es un joven licenciado en Ciencias Químicas que quiere ser pintor. El que regresa a Tenerife en 1961 es un hombre seducido por la pintura’. Continúa: ‘Manrique y Millares ya habían comenzado a transitar por el arte informal, pero trabajaban en Madrid, y van a ser Lola Massieu y Pedro González los primeros artistas canarios que, desde su tierra natal, desarrollan un espacio pictórico que ya no es renacentista’. En Icerse vemos ya ‘una pintura abstracta y espacial’. El de esta serie es ‘un discurso que, desde la pura plasticidad, nos acerca al vacío, al silencio, a la soledad y a la meditación’.
En 1964 comienza Cosmoarte , ‘quizá la más consistente de todas mis series’, afirma Pedro González, y, desde luego, la más extensa, ‘irá creciendo hasta principios de los ochenta’, explica Díaz-Bertrana. ‘Esta obra puede ser leída como un correlato poético de la impresión que siente el artista al ver las imágenes de la aventura espacial, del hombre flotando en el cosmos’.
‘Desde ahora’, continúa el comisario, ‘Pedro González toma sus temas del exterior, de lo que siente ante lo que ve: hombres flotando en el espacio, rostros humanos, interiores, bodegones, mares, bosques, etc. Sus temas, lo que él llama pretextos para hacer pintura, nos informan también de las inquietudes del artista: centradas en la investigación de la pintura de su tiempo en los Icerse; en la exploración del espacio, en la decadencia del hombre y su drama existencial en sus series de Retratos, Interiores y Hombre solo. (…) A las que se suma, en la década de los noventa, una nueva sensibilidad ante la naturaleza (en sus series de El Mar, La Montaña y El Bosque), la tecnología (en Coches) y la ciudad (en La Ciudad)’.
‘No le interesa la pintura como documento de una sociedad o de una época, lo que por otra parte es inevitable, sino como una dialéctica visual’, apunta Díaz-Bertrana, y añade: ‘el tema no va acondicionar su pintura, muy al contrario le es útil para innovarla y concentrar su discurso en series. (…) La potencia del lenguaje deja al tema en un segundo plano, tal como ha sucedido siempre en la buena pintura’.
‘Cada vez más libre, con una pincelada más suelta, dejando las huellas de sus dedos en el lienzo, Pedro González sigue aclarando su identidad y su pintura. La Montaña y La Ciudad son, por el momento, los últimos episodios de una aventura existencial que despega en 1961 con unas masas flotando en el espacio, navega por el cosmos y retorna al hombre, la naturaleza y la ciudad’.