Eduardo y maud westerdahl: 2 miradas del siglo 20

Eduardo y maud westerdahl: 2 miradas del siglo 20

Título de la exposición: Eduardo y maud westerdahl: 2 miradas del siglo 20
Comisarios: Fernando Castro Borrego y Ángel Mollá Román
Fecha: 30.06.2005 – 21.08.2005
Espacio: CAAM – Los Balcones 11. Las Palmas de Gran Canaria. España.
Horario: de martes a sábado de 10 a 21h. y domingos de 10 a 14h.

Eduardo y maud westerdahl: 2 miradas del siglo 20

A partir del 30 de junio, y hasta el 21 de agosto, el CAAM acoge la exposición eduardo y maud westerdahl: 2 miradas del siglo 20, comisariada por Fernando Castro Borrego y Ángel Mollá Román, y producida por el Centro Atlántico de Arte Moderno, una muestra multidisciplinar que pretende señalar el papel destacado que estos intelectuales ejercieron como impulsores y partícipes de la actividad artística del pasado siglo. En ella se muestran cerca de 400 piezas, que incluyen obras de Eduardo y Maud; casi un centenar de esmaltes, fotografías y pinturas. Así mismo se exhiben obras de su colección particular; pinturas, dibujos, grabados, esculturas, collages… de figuras tan señaladas en el arte del siglo XX, como Óscar Domínguez, Man Ray, Picasso, Miró, Serrano, Chirino, Tápies, Manrique…. Completando esta selección de piezas, la exposición aporta una muestra significativa de sus libros, manuscritos, fotos y objetos personales. Según señalan los comisarios de la exposición: “ Ni siquiera la proliferación de exposiciones relacionadas con su mundo agota dicho legado…Hay facetas de su personalidad intelectual aún desconocidas, apenas estudiadas o nunca expuestas, desde su espléndida colección de arte del siglo 20 hasta su versátil creatividad: pintura, diseño, tipografía, collage, fotografía, poesía… de todo ello trata de dar cuenta esta muestra”

La exposición eduardo y maud westerdahl: 2 miradas del siglo 20 se complementa con la edición de un minucioso catálogo en el cual, aparte de la inclusión de la obra expuesta, se editan textos de Carlos Gaviño de Franchy, José Corredor Matheos, Joan Naranjo Niño, María Isabel Navarro Segura, Fernando Gómez Aguilera, Eliseo Izquierdo Rodríguez, así como de los propios comisarios en el que se analizan distintas facetas artísticas y personales de los protagonistas de la exposición. En él se incluye, a juicio de los comisarios: “Su infatigable labor en el campo de la crítica- desarrollada desde rigurosos planteamientos estéticos-nos ha llevado a establecer una bibliografía exhaustiva que por primera vez recopile su producción; así como una antología selectiva de sus textos que dé cuenta de su amplio ideario estético”.

Texto de Fernando Castro Borrego y Ángel Mollá Román

Este proyecto se vincula a un nuevo modelo de exposición que subraya el papel que destacados intelectuales, escritores o críticos ejercieron como impulsores de la actividad de las vanguardias. Tal es el caso de Éluard et ses amis peintres (Centro Georges Pompidou, 1982), André Breton y el Surrealismo (Pompidou, 1991), Mundo de Cirlot (IVAM, Valencia, 1996), Ismos. Ramón Gómez de la Serna (Centro de Arte Reina Sofía, 2002), Rafael Santos Torroella (Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2003). La novedad, en este caso, deriva de su carácter doble, ya que pretende reconstruir la sinergia vital e intelectual que se produjo cuando al impulso de Eduardo Westerdahl (1902-1983) se unió el influjo de Maud Boneaud (1921-1991), así como su irradiación mucho más allá de nuestras fronteras.

El joven Eduardo Westerdahl se propuso vincular la vanguardia internacional en las artes, la arquitectura, la literatura o el pensamiento, con la realidad cultural de Canarias. Su extraordinaria energía, capacidad de trabajo, comunicación e iniciativa –así como su imaginación, lucidez y compromiso– le llevaron a ser mucho más que un referente local: su relación con muchos de los creadores más importantes del siglo veinte, y la nitidez de su compromiso estético y ético, le convierten en una figura intelectual imprescindible. Ni siquiera la proliferación de exposiciones relacionadas con su mundo agotan dicho legado. Su trayectoria anterior a la Guerra Civil, como Pajaritas de papel –una experiencia juvenil e iniciática– o gaceta de arte –su gran proyecto personal–, no puede oscurecer su participación en otras empresas culturales tanto en Canarias (LADAC) como en la península (Escuela de Altamira), a partir del difícil periodo de postguerra. Domínguez, Millares, Chirino, fueron algunos de los artistas para quienes su aportación crítica fue decisiva.

A pesar de que tras la guerra su actividad se prolongó casi medio siglo (hasta su muerte en 1983), las exégesis se han centrado casi exclusivamente en el periodo anterior. Hay facetas de su personalidad intelectual aún desconocidas, apenas estudiadas o nunca expuestas, desde su espléndida colección de arte del siglo 20 hasta su versátil creatividad: pintura, diseño, tipografía, collage, fotografía, poesía… de todo ello trata de dar cuenta esta muestra. Por otra parte, su infatigable labor en el campo de la crítica –desarrollada desde rigurosos planteamientos estéticos– nos ha llevado a establecer una bibliografía exhaustiva que por primera vez recopile su producción; así como una antología selectiva de sus textos que dé cuenta de su amplio ideario estético.

Pocos críticos españoles pueden exhibir un compromiso con la vanguardia equiparable al de Westerdahl. La evolución de sus valores estéticos se produjo siempre de un modo coherente y abierto. Desde sus primeros escritos quedó clara su disciplina racionalista (incluidos los nuevos medios de creación gráfica), que supo enriquecer y conciliar con otros “humores” que en modo alguno le fueron ajenos: dadaísmo, expresionismo, surrealismo, informalismo, pop, etc. El espíritu ilustrado preside su compromiso con la modernidad. Maestro de la tolerancia, se hizo puntual eco de cuanta tendencia radical e iconoclasta recorría los ámbitos ético-estéticos del siglo 20, convirtiéndose en eficaz divulgador de las mismas.

A la fidelidad racionalista de Eduardo se sumó, a partir de los años 50, el influjo bretoniano, mágico y exotista de Maud Bonneaud, si bien ella prefería hablar de “surrealismo cartesiano”. Desde su primera casa funcionalista en la calle Enrique Wolfson de Santa Cruz de Tenerife, hasta la vivienda de la Avenida de los Reyes Católicos, la presencia de Maud, determinó por completo aquellos ambientes: sus bellísimos e intencionados esmaltes, su taller, sus libros y fetiches, sus máscaras y tapices africanos, sus muñecas de Bali, sus objetos surrealistas y toda una serie de bibelots (desplegados por la casa o en vitrinas). Un ambiente físico y espiritual que suscitaba en quienes lo conocieron una experiencia muy especial que ha llegado el momento de recuperar. El vacío crítico que, hasta la fecha, pesa sobre la aportación creativa de Maud (que ya desde los años 40 expuso joyas y esmaltes en París, Londres, Praga, Bratislava, Madrid, Tenerife…), ha ido a la par con el desconocimiento de sus escritos u otros aspectos relevantes de su figura. El vínculo de Maud y Eduardo con una serie de mujeres artistas, escritoras o intelectuales, comprometidas a fondo con el mundo del arte, hace que su legado cobre gran actualidad y un interés añadido, dado el valor que –muy lúcidamente– les otorgaron ambos.

La presente muestra comprende cerca de 400 piezas: más de cien obras de Eduardo y Maud, casi un centenar de objetos y esculturas, unos 130 cuadros de su colección (pinturas, dibujos, grabados, collages…) y una muestra representativa de sus libros, manuscritos, fotos, objetos personales, etc. Una exposición cuyo interés va mucho más allá del ámbito local, al reunir testimonios y obras –muchas de ellas extraordinarias– de figuras como Óscar Domínguez, Man Ray, Ben Nicholson, Willi Baumeister, Raoul Hausmann, Picasso, Miró, Will Faber, Ossip Zadkine, Karl Drerup, Hans Tombrock, Ángel Ferrant, Torres-García, ELT Messens, Roland Penrose, Luc Peire, Tàpies, Millares, Pablo Serrano, Martín Chirino, Juan Ismael, Tony Stubbing, York Wilson, Castanier, Paluzzi, Llorenç Artigas, Viola, Guinovart, Canogar, Carlos Chevilly, César Manrique, Pedro González, Pepe Abad… incluida una notable representación de mujeres artistas como Sophie Taeuber-Arp, Dora Maar, Marie-Laure de Noailles, Valentine Penrose, Eileen Agar, Nora Borges, Carla Prina, Juana Francés, Elvireta Escobio, Vicki Penfold, Tanja Tamvelius, Lola Massieu, María Belén Morales, etc.

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