Artistas: Cristina Gámez y Rubén Hernández
Título de la exposición: 2×2: Gámez & Hernández
Fecha: 02.10.2001 – 11.11.2001
Espacio: CAAM – San Antonio Abad. Las Palmas de Gran Canaria. España.
Horario: de martes a sábado de 10 a 21h. y domingos de 10 a 14h.

Desde el próximo 2 de octubre hasta el 11 de noviembre la sala San Antonio Abad estará ocupada por ‘2×2: Gámez & Hernández’, una exposición compuesta por las creaciones de los canarios Cristina Gámez y Rubén Hernández, que reflexionan, a través de sus obras, sobre el movimiento y el espacio.
Cristina Gámez (La Laguna, 1964), licenciada en Bellas Artes y Filosofía por la Universidad de La Laguna, ha realizado estudios de diseño de moda, en Milán, y de danza contemporánea. Ha participado en numerosas muestras de artes plásticas y de diseño, individuales y colectivas. Entre ellas destacan ‘Telúrica Secreta’, celebrada en 1998, en los centros de arte La Regenta y La Granja, en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente; ‘Proyecto Mangas Verdes’, en el mismo año, en la casa Humboldt de La Habana, Cuba, o ‘Tramas y Tramoyas’ en la sala de Caja Canarias en La Laguna, Tenerife. Por otro lado, Gámez ha diseñado vestuarios para espectáculos de teatro y danza y ha recibido el Accésit en la IV Bienal Regional de Artes Plásticas de Santa Cruz de Tenerife, en 1998, y el Premio de esa misma Bienal en la edición del año 2000.
Sus facetas de bailarina, manipuladora de tejidos y artista plástica se entrecruzan en esta exposición de San Antonio Abad. La planta inferior de la sala del CAAM será el escenario aglutinador de las obras de Cristina Gámez, unas piezas de gran formato que reflexionan a partir de la imagen en movimiento. El tejido y el plotter sobre lienzo son las técnicas que utiliza Gámez para la representación de cuerpos en movimiento, algunos trabajando, otros como parte de escenas que parecen sacadas de fotogramas cinematográficos, otros en posturas de baile que forman parte de los elementos decorativos de una tela… Tramas de hilos, patrones textiles, estructuras bordadas, algunas complementadas con pintura, dan a las piezas un acabado artesanal, manual, frente a las realizadas en plotter sobre lienzo cuya impronta es industrial. Reflexiones sobre Las Hilanderas, de Velázquez, o sobre Muy Bridge están presentes en estos originales trabajos, en los que a veces, Cristina Gámez, se representa a sí misma.
Rubén Hernández (Las Palmas de Gran Canaria, 1965), licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, compagina su actividad como artista plástico con la colaboración como músico y compositor con distintos grupos de rock. Desde 1995 trabaja con la Galería Dagmar de Pooter, de Amberes, Bélgica. Ha participado en varias exposiciones individuales, una de ellas, ‘Aeroplanos Inc.’, en la sala San Antonio Abad, en 1991, y otra en su galería belga, así como en numerosas colectivas en Canarias, Valencia, diversas ciudades belgas, Madrid y Colonia, Alemania. Ha participado en ediciones de obra gráfica y sus creaciones se encuentran en distintas instituciones y museos, la Real Academia de Amberes, Bélgica, el Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias, en Tenerife, y la Casa de Colón, en Gran Canaria, entre ellas. En 1998 obtuvo el Premio de Honor de la IV Bienal Regional de Artes Plásticas de Santa Cruz de Tenerife.
‘Austeridad de la mirada. Triunfo de lo simple. Serena vibración de lo concreto. Pulcritud del trazo. Mínima construcción. Paupérrimo paisaje de la mente, para el calmo regocijo de la mente’, así habla Francisco León de la obra de Hernández en el suplemento ‘Archipiélago Literario’ del periódico El Día, en mayo de 1997. Continúa: ‘Rubén Hernández parece haber escogido para su pintura esa luminosa pobreza de lo árido, el ritmo elemental del páramo (…) más allá de lo meramente geométrico y de lo minimal, el concepto de desierto parece determinar una meditación pictórica, en efecto, más profunda y de orden metafísico’.
Estructuras puras y frías, mínimas, geométricas, de colores planos, son las que ocuparán la parte alta de San Antonio Abad en esta muestra. Una gran instalación y obras de pequeño y mediano y formato, concebidas como una reflexión sobre el espacio, es el trabajo que en esta ocasión presenta Hernández. ‘La idea de desierto, de aislamiento, de aridez y de planitud, a la que he recurrido en otras ocasiones con la intención de aclarar algo más mis referencias, quiero pensar que no ha sido otra cosa que la intención de definir una extensión epacial de la soledad necesaria para la introspección’, así hablaba el artista de su obra en el catálogo Azimuth, en 1996.