Arte Portugués y Español de los 90

Título de la exposición: Arte Portugués y Español de los 90
Fecha: 18.11.2004 – 09.01.2005
Espacio: CAAM – Los Balcones 11. Las Palmas de Gran Canaria. España.
Horario: de martes a sábado de 10 a 21h. y domingos de 10 a 14h.

A partir del 18 de noviembre de 2004 y hasta el 9 de enero de 2005 las salas del CAAM acogerán la muestra ‘Arte Portugués y Español de los 90. Encuentro entre 2 colecciones: Fundaçao de Serralves-Fundación la Caixa’, una exposición, comisariada por Nimfa Bisbe, responsable de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación «la Caixa», y por Joao Fernandes, director de la Fundación de Serralves. Esta exposición, que ya pudo visitarse en CaixaForum a principios de este año, exhibe obra que pertenece a los fondos de arte contemporáneo de las dos instituciones mencionadas. Ambas colecciones, que se distinguen por sus importantes fondos de arte internacional, se entrelazan en esta ocasión con una selección de 24 obras de artistas portugueses y españoles, que intenta transmitir el espíritu de compromiso con la creación contemporánea que las dos comparten. Más allá de argumentar distinciones nacionales, la exposición se centra en un conjunto de obras que representan una consistente aportación a los planteamientos del arte en los últimos diez años y que permiten crear un trazado de relaciones temáticas.

Aunque la variedad de propuestas artísticas es notable, todas ellas tienen en común una relación explícita con la realidad social actual: la influencia de la cultura visual, las relaciones humanas, los espacios en que habitamos… La exposición reúne distintos procedimientos artísticos, si bien destaca el predominio del vídeo.

La selección de obras pone de relieve uno de los intereses que ha afectado a la creación desde los años noventa, el deseo de acercar el arte a la vida contemporánea. Un acercamiento que se distingue de otros intentos que recoge la historia del arte por utilizar el lenguaje propio de la cultura urbana más que el de la tradición del arte. El artista entra en la vida real, ya sea mediante una exploración de la experiencia personal o desde una actitud participativa en los debates sociales, políticos y culturales. Los conflictos sobre la globalización, la problemática de la identidad y la reivindicación de la diferencia, la interacción entre lo público y lo privado, y los problemas sociales de aislamiento y alienación han generado un importante debate en nuestra sociedad, del cual el artista no ha querido excluirse. Sus temas tratan y analizan los valores sociales, la influencia de la cultura visual y de masas sobre el individuo, las relaciones humanas y los ámbitos de convivencia, así como los espacios que habitamos.

Aunque la exposición reúne distintos procedimientos artísticos, destaca el predominio del vídeo. Si la cultura contemporánea se encuentra dirigida por la información procedente de la publicidad, de las pantallas del televisor o del ordenador, no puede sorprendernos que el arte utilice el medio que mejor sintoniza con la expresión de la sociedad actual. En los últimos años, los artistas han registrado y explorado la penetración de la imagen en nuestra percepción del mundo, cómo ha alterado nuestro sentido del espacio y del tiempo, y en consecuencia nuestro sentido de la realidad. A través de la imagen, nuestra sociedad ha creado un espacio de ficción que ha llegado incluso a desestabilizar nuestras creencias respecto a lo que considerábamos real.

Las dos colecciones

La Fundaçao de Serralves es una institución cultural portuguesa de ámbito europeo que tiene como objetivo acercar al público el arte producido en las últimas décadas a través del Museo de Arte Contemporáneo de Oporto, considerado como el centro más importante de Portugal en su género. Este Museo es la sede de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundaçao de Serralves, formada por obras de artistas portugueses y extranjeros que se muestran en exposiciones temporales, colectivas e individuales.

La Colección de Arte Contemporáneo de la Fundaçao de Serralves parte del cambio que se produjo en la década de los años setenta en el mundo del arte, fruto del cual surgieron múltiples y nuevas manifestaciones artísticas. En este sentido, la Colección se inició con un ciclo de adquisiciones que tuvo como prioridad constituir un núcleo histórico a partir de obras realizadas entre los años sesenta y setenta. Esta Colección muestra a través de sus fondos la evolución del arte portugués de los últimos años sin olvidarse de las propuestas artísticas generadas en el ámbito internacional. En este sentido, la Colección pretende confrontar el arte nacional y el producido fuera de Portugal.

La Colección de Arte Contemporáneo Fundación «la Caixa» es una de las más importantes de España en su género, así como un punto de referencia artístico en el ámbito internacional. Esta Colección comenzó a formarse a mediados de los años ochenta y actualmente cuenta con unas 850 obras de más de 300 artistas que ofrecen una buena síntesis de la evolución del arte contemporáneo internacional. Pese a la diversidad de artistas de distintas generaciones y procedencias, la Colección descubre una serie de argumentos visuales y conceptuales que unen y relacionan las obras entre sí. Precisamente, esta relación conceptual entre las obras dota a la Colección de personalidad propia y la convierte en un proyecto arriesgado y singular.

Los artistas y sus obras presentes en la exposición

  • Martí Anson (Mataró, 1967)
    Martí Anson nos hace siempre cuestionar la lógica de las cosas. ‘El apartamento’ es una maqueta construida a escala 1/1 que permite la entrada del espectador. Todo está perfectamente determinado: los colores, las funciones de los espacios y sus accesos, los muebles. El artista se ha regido para construirlo por los manuales de arquitectura y decoración que establecen el ideal de racionalidad y funcionalidad de las casas, dando mucha importancia al espacio útil y advirtiendo de los peligros de seguir las convenciones. Sin embargo, es precisamente su distribución tan poco convencional, al estar solamente basada en la eficacia de la función de cada pieza, lo que desorienta e incomoda en esta vivienda. Pero Anson no pretende hacer una crítica de la normativa a la que obedecen nuestras viviendas. Como en la mayoría de sus obras, el artista trata de provocar nuestra capacidad perceptiva y jugar con nuestras expectativas para mostrarnos cómo nuestra experiencia de las cosas está definida por nuestros propios hábitos y convenciones.
  • Txomin Badiola (Bilbao, 1957)
    La obra de Badiola resulta de un proceso de trabajo caracterizado por la hibridación y la mezcla de diferentes lenguajes. Este proceso integra distintos soportes, como el vídeo, la escultura y la fotografía, así como elementos de la cultura popular, como la fotonovela, el cine, la televisión, la música de consumo y el cómic. La multiplicidad de signos que componen ‘Sueños de otros’ -desde la pelea de los ciclistas al borde de la carretera hasta la lectura de un libro titulado ‘La estructura del arte’, pasando por el texto recitado que habla de amor y desamor- hacen referencia al pensamiento estético y a una realidad que podría ser común. Sin embargo, el juego formal que establece el artista nos conduce a ideas relativas a la paranoia, a la masculinidad, a la violencia y sus rituales; ideas que nacen de su experiencia personal y de su propia conciencia social y política.
  • Helena Cabello y Ana Carceller (París, 1963; Madrid, 1964)
    La pareja formada por Helena Cabello y Ana Carceller realiza un trabajo cuyo proceso de elaboración (conceptual y formal) se centra en la noción de autoría compartida y en consonancia con lo que es la vida en pareja. El tema de una identidad y una alteridad difusa, que es continuamente narrada por los otros, es uno de los más importantes que han desarrollado en su trayectoria artística y teórica. Esta enigmática acción que muestra el vídeo -dos manos que excavan sendos hoyos en la tierra para después taparlos, utilizando cada mano la tierra sacada por la otra- funciona como metáfora del pensamiento compartido y la vida conjunta que mira el modo de construirse y el modo en que es construida por los otros.
  • Elena del Rivero (Valencia, 1951)
    En los años noventa, Elena del Rivero cultivó la dimensión autobiográfica mediante series de cartas en las que la pintura se fundía con la instalación. En 1993, declaró: «Toda mi obra en papel está basada en el paso del tiempo, en los minutos y segundos […]. Es como una Penélope que hace y deshace en una espera eterna por algo que nunca llega. Es el devenir del tiempo en el que el trabajo es siempre el mismo. Ese tiempo es el de la condición de la mujer.» Estas ‘300 cartas a la madre’ funcionan en su disposición en la pared como un conjunto de pequeños dibujos, de textos mecanografiados, de collages, de objetos, de misivas (alguna dirigida a la artista), de escritos (algunos cosidos y/o bordados) en inglés y castellano que vienen a recoger un sinfín de aproximaciones a los sentimientos, a las emociones, rayando a veces en una suerte de abierta confesión no desprovista de un borde duro. La figura de la madre no es en esta obra símbolo de refugio, sino un lugar de conflictos y, en ocasiones, síntoma del poder establecido.
  • Dora García (Valladolid, 1965)
    Desde hace algunos años, Dora García ha incorporado el vídeo en su práctica artística, creando obras basadas en experiencias sensoriales y perceptivas que generan situaciones estéticas de gran intensidad. En este vídeo, la artista plantea la compleja relación entre orden y obediencia, poder y sumisión, a través del trabajo de entrenamiento de una maestra y su alumna durante unas lecciones respiratorias. El entrenamiento puede entenderse como una forma de posesión. La entrenadora conoce los secretos de la perfección y utiliza el cuerpo de la entrenada, el cual, con obediencia ciega, debe entregarse totalmente a sus dictados. La artista interpreta esta relación como la contradicción entre placer (enseñanza o perfeccionamiento) y supervivencia (respiración), o como juego que puede conducir a lo más bello y a lo más espantoso, a la vida y a la muerte. Una relación, en definitiva, que presenta muchas similitudes con otros juegos, como puede ser el del amor.
  • Pello Irazu (Andoain, Guipúzcoa, 1963)
    En los años noventa, Pello Irazu se dedicó a explorar el mundo de lo cotidiano, prestando especial atención al contenedor doméstico donde nos acomodamos diariamente. La forma de la casa y la de sus objetos comunes (mesas, camas, sofás, muros) son transformadas por el artista en esculturas mediante un juego de dislocación. Irazu trunca, fragmenta, invierte o desencaja la apariencia convencional de los objetos cotidianos hasta convertirlos en formas geométricas y abstractas. En este proceso, el artista genera una imaginería inquietante, como es esta escultura que denomina el adversario, cuya falsa superficie funciona como clave visual de nuestro registro de referencias.
  • Rogelio López Cuenca (Nerja, Málaga, 1959)
    ‘Vivir en los pronombres’ forma parte de una serie de trabajos reunidos bajo el nombre de «Home Syndrome» (el síndrome del hogar). Se trata de un poema en vídeo que tres monitores reproducen a ritmos distintos, de modo que el desfase resultante da lugar a combinaciones inéditas, a secuencias imprevistas, incluso para el propio autor. Imágenes y palabras con referencias a los conceptos del hábitat y la arquitectura se van alternando hasta tejer una red de asociaciones entre el mundo real de nuestra vida diaria y sus diferentes formalizaciones culturales. Las fuentes iconográficas son múltiples, así como las textuales, y surgen en distintas lenguas: de la publicidad, la literatura, la televisión, las revistas de decoración y la historia de las utopías de la arquitectura y las artes decorativas. En este videopoema, el artista nos habla de los sueños y fracasos, las fantasías y frustraciones de nuestro intento de habitar en algún lugar. ‘Vivir en los pronombres’ es el último verso de la obra y un préstamo de un poema de Pedro Salinas: «Para vivir no quiero / islas, palacios, torres / qué alegría más alta / Vivir en los pronombres».
  • Pedro Mora (Sevilla, 1961)
    Mora utiliza formatos muy variados en su obra y también las referencias que rodean sus trabajos son múltiples: la ciencia, la filosofía, la interpretación de los sueños, el espacio público y el espacio privado, todo ello revela un interés por realizar una obra que ponga en tela de juicio los llamados «límites del arte».
    En este caso se ha empapelado un muro con una imagen que se duplica y que a simple vista es difícil de identificar. Si nos aproximamos a ella, podremos reconocer que se trata de una habitación de una casa. Una vez más, Pedro Mora nos está revelando los límites entre el espacio público y el espacio privado al utilizar la imagen de un espacio privado y reproducirlo y multiplicarlo hasta el infinito en cualquier muro público.
  • Javier Peñafiel (Zaragoza, 1964)
    ‘Maltrato’ es una videoproyección que, como un trompe-l’œil, muestra un panel de flores que poco a poco es destruido por unos disparos. Su aparente belleza poética oculta un lado perverso que ataca nuestro imaginario emocional. El panel de flores desencadena una metáfora directa que usa la misma trampa de la belleza en la que nos gusta creer. El vídeo no plantea la idea del mundo en el que nos gustaría vivir ni realiza una crítica explícita de la realidad en la que vivimos, sino que enseña el mundo que ya habitamos, que cada día construimos y al que de manera cínica nos gusta maltratar.
  • Sergio Prego (San Sebastián, 1969)
    Las obras de Sergio Prego buscan relaciones entre el cuerpo, el espacio y el sonido. Mediante un dispositivo compuesto por varias cámaras fotográficas, que se disparan simultáneamente, el artista ha registrado las acciones con las que ha montado posteriormente este vídeo. Como en la mayoría de sus obras, la edición responde a un proceso de repetición de las imágenes fotográficas y no existe un guión narrativo. En este sentido, la obra establece un paralelismo con el uso de la performance en los inicios del videoarte.

    ‘Home’ está basado en las imágenes de publicidad de cosméticos en las que se representa un concepto de corporeidad con imágenes de cremas y fluidos. El objetivo es el de crear una relación de confusión entre la figura del actor y los objetos líquidos.
  • Juan Ugalde (Bilbao, 1958)
    Juan Ugalde enfoca su atención hacia aquellos aspectos de la realidad más cotidianos, estereotipados y banales, que sin embargo contienen una carga simbólica y significativa capaz de retratar un contexto social, un gusto, una estética, las mitologías adolescentes o los ambientes de la subcultura popular. Desde principios de los años noventa, Ugalde utiliza la fotografía (propia o de otros) como un espacio donde penetra el delirio de las imágenes pictóricas para enfriar y relativizar la contundencia de la imagen fotográfica. Las postales recuperadas, apropiadas y manipuladas han constituido otro elemento esencial en su trabajo, al integrarse en sus cuadros como síntesis concentradas del gusto popular. ‘Eva’ es un claro ejemplo de la manera de trabajar de este artista que utiliza los recursos del pop y los transforma en estrategias representativas y narrativas, poniéndolas al servicio de una mirada irónica, pero ácidamente crítica.
  • Augusto Alves da Silva (Lisboa, 1963)
    En esta obra, compuesta por seis fotografías, el artista parece proponer un hipotético retrato social y psicológico de una realidad doméstica. Cada una de las fotografías muestra una reunión familiar distinta que se enmarca en una estancia de la casa: la cocina, el comedor, el salón. A primera vista aparecen como fotografías banales, pero es el efecto de serie el que atrapa la atención del espectador. Cada imagen se configura como una secuencia que tiene su continuación en la siguiente. La secuencia obliga a comparar la similitud de las escenas, pero el artista refuerza esta acción al introducir sutiles trampas con la repetición de algunos personajes en las distintas reuniones.
  • Filipa César (Oporto, 1975)
    A lo largo de la última década, esta artista ha centrado su trabajo en vídeo en el mundo de las apariencias, explorando lo superficial, los rasgos externos. César retrata al ciudadano común anónimo o situaciones de lo cotidiano, poniendo en marcha un proceso de identificación. En este vídeo filma planos muy próximos, a cámara lenta, en secuencias largas, consiguiendo una envolvente coreografía de superficies de colores verdosos y marrones que reconocemos como un paisaje. La artista explora aquí las posibilidades de la manipulación de la imagen con un gran efecto de ampliación. Al final del vídeo, la artista permite la identificación de la imagen al alejar la lente de la cámara.
  • Daniel Chust Peters (São Paulo, Brasil, 1965)
    Vive y trabaja en Barcelona. El trabajo de Daniel Chust reinventa arquitecturas reales que, en sus manos, se convierten en maquetas susceptibles de ser empleadas para una función determinada. Lo más peculiar es que el referente arquitectónico que utiliza es su propio taller, de tal modo que con esta operación consigue, no sin ironía, conducir la cuestión artística hacia el mundo real. ‘Cielo Mío’, creada en 1996, son dos casas de muñecas de madera pintada que reproducen el taller del artista en Francia y el espacio de exposiciones Rekalde 2 de Bilbao. Su representación como juguete, otorga a estas maquetas una dimensión de utilidad que resulta crucial en el planteamiento de Daniel Chust. No son objetos estéticos para que la mirada disfrute de ellos, sino ardides para que puedan ser manipulados. Por otro lado, el hecho de ser maquetas es lo que otorga a sus proyectos la posibilidad de actuar como especulación crítica sobre la arquitectura, corrigiendo su prepotencia al reconvertir los espacios de la vida en simples objetos de uso.
  • Fernanda Fragateiro (Montijo, 1962)
    ‘Casa con patio’ está formada por dos estructuras de madera que sostienen un colchón de césped natural y otro colchón forrado de una tela con un diseño inspirado en el cuadro inacabado de Piet Mondrian, ‘New York City III’. Se trata de una pieza que sintetiza el hábitat moderno y con la que la artista aborda los conceptos de espacio privado como espacio interior y artificial, y de espacio público como espacio natural. Esencialmente, Fragateiro alude al concepto ideal de espacio urbano, de espacio habitable, de la tradición moderna occidental. Con la cita a la obra del gran pintor de la abstracción, la artista hace referencia a los espacios de la gran metrópolis.
  • João Onofre (Lisboa, 1976)
    Utilizando el soporte del vídeo como elemento básico de su proceso de creación artística, Onofre plantea escenas paradójicas que remiten a nuestra experiencia corporal en relación con la percepción del espacio. Muchas de sus obras producen una tensión extrema por la contundencia de las acciones que desarrollan. Son imágenes poderosas, sintéticas y secas. En esta obra un hombre y una mujer colocados en los lados opuestos de la pantalla atraviesan el espacio blanco central que los separa, como atraídos por un imán, para colisionar entre ellos de forma violenta. Las secuencias del vídeo están pautadas por el ritmo repetitivo de la misma escena. Solamente el gesto defensivo de la mujer previo al choque deja caer una nota narrativa que abre la escena a posibles interpretaciones sobre el comportamiento humano.
  • Miguel Palma (Lisboa, 1964)
    La obra de Palma se caracteriza por su heterogeneidad. Se trata de un artista que investiga en campos que él desconoce, con un afán de encontrar nuevas áreas de experimentación que puedan ser útiles a su práctica artística. ‘Ingenio’, que ha sido considerada una de las piezas emblemáticas de los años noventa en Portugal, es un ejemplo de esa interrelación entre conocimientos y prácticas de trabajo. Se trata de una obra que realmente funciona como automóvil y que ha realizado el viaje de Lisboa a Oporto. «Ése fue el primer trabajo que verdaderamente consiguió sobrepasar el contexto específicamente artístico, sin interesarme que esa pieza fuese inmediatamente percibida como obra de arte», afirma este artista. Con esta finalidad, la presente pieza remite al espectador a las más variadas cuestiones, por ejemplo a la importancia del coche para la sociedad actual. En relación con su propia experiencia, el artista explica además que esta obra «tiene también que ver con el desconocimiento genérico en relación con la forma de cómo funcionan las cosas, con lo que nosotros tenemos que luchar todos los días, y su concreción simboliza un poco el ultrapasaje de ese tipo de dificultades.»
  • João Tabarra (Lisboa, 1966)
    João Tabarra suele trabajar con imágenes impregnadas de un humor corrosivo que ponen claramente de manifiesto una visión de la sociedad contemporánea habitada por personajes y situaciones ambiguas, al límite de lo plausible. Sus temas se centran en los problemas de alienación y marginación que genera la economía global en nuestro mundo en supuesto crecimiento sostenible. En su obra ‘Barricadas improvisadas’, el artista se basó en una imagen que ha recorrido el mundo como símbolo de resistencia ante la brutalidad del poder. El vídeo retrata al mismo artista con una actitud inmóvil y serena, cargado con varias bolsas de plástico mientras intenta impedir el avance de hileras de carritos de supermercado vacíos, una metáfora sobre el poder económico que avanza amenazador como los tanques en la conocida imagen de la plaza de Tiannamen.
  • Rui Toscano (Lisboa, 1970)
    Utilizando el sonido, el vídeo y la escultura en sus proyectos, Toscano fue construyendo en la década de los noventa una de las obras más consistentes y originales sobre la cultura popular urbana de nuestros días. En los distintos vídeos que ha realizado, el artista aborda la representación de la ciudad en nuestros días, su crecimiento no planificado, la implosión, el concepto de metrópoli, etc. Las obras ‘São Paulo, ’24 Set. 01, 1’ y ‘Rio de Janeiro, 9 Mai 01’, son trabajos de vídeo realizados para ser visionados en pantalla de plasma. Con una cámara fija, el artista ha grabado una escena en la que solamente unos mínimos detalles en movimiento, casi imperceptibles para el espectador, revelan que se trata de una filmación en tiempo real. La representación de la gran metrópoli sitúa ambas imágenes entre el recuerdo de la postal turística y la objetividad inexpresiva de un registro fotográfico.
  • Francisco Queirós (Lisboa, 1972)
    El trabajo de Francisco Queirós, frecuentemente protagonizado por personajes del mundo infantil, halla su referencia principal en los videojuegos y en el estilo propio de las películas de animación. En ‘Frienzenwall#2’, como en varias de sus obras, el artista crea una paradójica asociación entre la atmósfera de inocencia del personaje infantil y su comportamiento violento. En una sala que nos remite a un cuarto infantil, un monitor sobre el suelo reproduce la animación del dibujo de una niña que va despedazando un muñeco en forma de pájaro al son de una canción popular infantil. Dicha canción, entonada por un coro de niños, nos habla del desgraciado final de un mirlo que va perdiendo progresivamente sus miembros, mientras que el dibujo expresa la agresión de la niña al que se le confío su destino.
  • Jorge Queiroz (Lisboa, 1966)
    Queiroz dibuja con la intención de profundizar en el universo del inconsciente. Sus dibujos dan vida a un mundo que se sitúa en un imaginario surreal, con figuras que son a la vez familiares y misteriosas. Revelan aquello que es necesario y descubren solamente el envoltorio de la estructura que persiste en la mente del autor. Sobre estos papeles, los objetos de la mente y los del mundo se dispersan, se disipan. Figuras, señales, luz, elasticidad, gravedad, tiempos y superficies dibujadas con lápices de color se alternan y se complementan, invitando al espectador a detenerse en sus vericuetos difuminados y repentinas apariciones de figuraciones fragmentadas.
  • Francisco Tropa (Lisboa, 1968).
    A lo largo de la década de los noventa, Francisco Tropa desarrolló una investigación artística basada en la observación de objetos, mecanismos y estructuras insertados en la naturaleza. ‘Proyecto Casalinho’ presenta al espectador el resultado de varias investigaciones realizadas por el artista como observador situado en un determinado medio.

    Los veinticinco cibachromes, los tres dibujos y las maquetas que componen este proyecto muestran dos construcciones de madera que fueron utilizadas como centros de observación. En una de ellas el artista construyó un observatorio de lluvia, un observatorio de polvo y un observatorio de insectos, y los cibachromes revelan algunas realidades captadas desde todos ellos. El monte falso, del cual se muestra la maqueta de una construcción cubierta de hierba, funcionaba como otro centro de observación en el que se invita al espectador a descubrir realidades distintas, visibles desde el suelo.
  • Joana Vasconcelos (París, 1971).
    El arte de Joana Vasconcelos se caracteriza por la apropiación de objetos cotidianos cuya identidad y funcionalidad ha sido alterada a través de operaciones que comprenden la acumulación, la repetición, el efecto de serie, las asociaciones cromáticas y la descontextualización. Esta pieza, formada por una estructura de hierro que sujeta una serie de embudos azules que han sido taponados con bolas de madera, proyecta una imagen sintética con un potente enunciado crítico. ‘Tolerancia cero’ se construye sobre una imagen paródica que nos remite a una situación antisocial.
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