Las Palmas de Gran Canaria, 1976
Creadores en la colección del CAAM.
Perfil del artista
"Desde siempre me interesó desarrollar la creatividad y enfoqué mis estudios en relación a la plástica y las técnicas artísticas. Me licencié en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna en el año 2001. Mi primera exposición fue en el año 1997, a partir de entonces realicé diferentes muestras colectivas, cabe mencionar Telúrica Secreta (La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria y, Centro de Arte La Granja, Santa Cruz de Tenerife), El Renacimiento del Espacio Pictórico, La isla Taller (La Recova, Santa Cruz de Tenerife), Mangas Verdes (Cuba), Hijas de la Tierra (Galería Leyendecker, Santa Cruz de Tenerife), etc. Recibí varios premios en la disciplina de escultura en La Bienal de Artes Plásticas de Santa Cruz de Tenerife. En los años de facultad desarrollé mi capacidad crítica e investigué técnicas y procedimientos interdisciplinares junto con otros artistas que por aquellos momentos creábamos despidiéndonos del milenio y recibiendo con una mirada “tranquila” al próximo. Ramón Salas, Ramiro Carrillo, Manolo Cruz, Drago, Lourdes Florido, Miguel Pons, Miguel Ángel Pascual, Javier Sicilia y José Arturo, Pipo Hernández, Antonia Bacallado, Lena Peñate Spicer, Julio Blancas y otros, fueron algunos de los pensadores que me inspiraron. En el año 1997 conocí a Manuel Ojeda (Galería Manuel Ojeda), con quién realicé diferentes proyectos y asistí a la Feria ARCOMadrid durante los años 1997, 1998 y 1999 con la Galería.
En el período 2003-2005 trasladé mi residencia a Madrid y Barcelona donde realicé varias muestras, Jardín Botánico de Madrid (colectiva) y en la Galería Carmen de la Guerra, también en Madrid. Durante estos años participé en varias exposiciones colectivas como, Pieles (Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria ; Centro de Arte La Granja-COAC, Santa Cruz de Tenerife), comisariada por Clara Muñoz y gran promotora de mi trabajo, Convergencias/Divergencias (Centro Atlántico de Arte Moderno, CAAM, Las Palmas de Gran Canaria) comisariada por Antonio Zaya y en diversos proyectos de intervención en el espacio público. En las exposiciones individuales Sitio (Galería Manuel Ojeda, 1999), Proyecta (Sala San Antonio Abad, CAAM, 2003), Cosas Planas (Gabinete Literario, 2009) desarrollo la instalación y los proyectos más interdisciplinares. A comienzos del siglo XXI mi interés por las artes gráficas relacionadas con el diseño así como el interiorismo y otras maneras de desarrollar la creatividad y la plástica se hizo más fuerte, desde entonces mi investigación me lleva a estar muy vinculada al diseño en todas sus vertientes. Cabe destacar otros proyectos en los que he participado más recientemente como la 2ª Bienal de Arquitectura y Paisaje de Canarias, Proyecto de ilustración para poemario de Artemisia y la exposición colectiva Cruce de Colecciones : 25.º aniversario del CAAM, celebrada en el Centro Atlántico de Arte Moderno, CAAM. Actualmente trabajo en el diseño y sigo investigando con las formas gráficas, las ideas y los procedimientos”.
TEXTOS SOBRE LA ARTISTA (Selección)
Cáscaras : reflexiones sobre el dibujo y la forma
Es la cáscara una de las mejores representaciones de la ausencia, ya que ella solo empieza a existir cuando se separa o es arrancada, dejando constancia de su propia indefensión o de su realidad insustancial.Contiene en ella todas las trazas y rasgos del objeto que ya no está, lo recuerda en su interior y en sus rastros, pero adquiere una nueva dimensión y se coloca en el mismo estado de cosas que su contenido. Vive ya separada, es autónoma.Lleva en sí misma implícito un sentido de lo nostálgico, una añoranza por el objeto perdido al que una vez estuvo unida y aquel momento primario antes de “ser” lo que es ahora. Su nacimiento no puede establecerse de otra manera que de la pérdida y la defunción de un estado anterior, como si quedase registrada su materialidad en el residuo, en lo que no hay. ¿No será quizás un disfraz o un camuflaje del vacío?.
Hay una alegría de vivir en su estado, de perdurar más allá, de trascender las formas y contarnos algo más de su naturaleza interna a través de su armazón. Sosegada, ya no somos nosotros los que le damos sentido, es ella la que nos presenta con sus nuevas reglas, una cierta identidad propia. Se muestra tan transparente que casi no podemos descifrarla.
En un ataque de búsqueda de sentido, catalogamos, ciframos, calculamos, las formas, las constantes, de alguna manera, buscamos un principio de verdad, una fórmula de fiabilidad. Como si de un proceso de taxidermia se tratase en el que le extrajéramos todo elemento maleable y perecedero para dejar solo la piel, la envoltura que mejor define la forma, la parte en la que esta inscrito el todo. Las cáscaras juegan en ese mundo de las apariencias y la simulación, en el mismo mundo en el que las cosas se convierten en “las ideas de las cosas” o en “las ideas de las ideas de las cosas”. En el mismo lugar en el que las palabras se cobijan bajo la escritura, posándose con sus gestos sobre el blanco papel. En el mismo plano en el que están esas cáscaras-referente que ante su imposibilidad de mostrarse ante nosotros tal y como fueron pensados en su inicio solo pueden aparecerse como superficie, como envoltorio. Actúan en el mismísimo contorno de las ideas. Dejan constancia que existe otra realidad de las cosas, realidad de lo invisible, como la que se escapa entre los párrafos de un texto, o la que se esconde detrás de un signo.
Guenda Herrera
Sobre una exposición de dibujos
La obra de Guenda Herrera, joven artista gran canaria que cursó estudios de Bellas Artes en la Universidad de La Laguna, se ha caracterizado, hasta el momento, por un acento en la poética de los materiales que cabría poner en relación con el tratamiento de la materia propio del arte póvera, con ese énfasis tan característico en lo elemental de las formas que da pie a la primacía de las cualidades de los materiales que emplea y su significado simbólico.En estas obras la búsqueda de unas formas básicas así como la intención de que resuene en ellas su componente telúrico las dota de una cualidad orgánica que, en última instancia, apuntan o remiten al concepto – tan problemático – de Naturaleza. En este sentido encontraremos “naturaleza” en los principales elementos de los que se vale para construir sus piezas, como es la madera o la piedra, pero sobre todo la encontraremos en su interés por visualizar, porque se haga visible, el fenómeno de la transitoriedad, el flujo temporal, que se manifiesta tanto en la veta de un tronco como, en contrapartida, en esos grafitos sobre papel en los que el trazo parece consecuencia de la huella del tiempo.Este juego equívoco con lo natural se extiende también a su manera de concebir la obra en el espacio. Su primera exposición individual, Sitio ( 1999), consistió en una intervención ambiental en la Galería de Arte Manuel Ojeda, en la que el espectador descubría, a medida que deambulaba por la sala, una serie de piezas heterogéneas, realizadas en distintos soportes y de tamaños muy diversos, que parecían camufladas en el lugar. Del mismo modo que en su obra los materiales juegan un papel determinante en el producto final, en esta exposición el “sitio”, el espacio concreto, jugaba un papel prioritario en el resultado final de esta instalación. En este sentido, cabría relacionar Sitio con el aspecto artificiosamente natural de aquellos jardines manieristas – repletos de secretos ocultos a primera vista – en los que el visitante, a medida que se internaba en el lugar,era sorprendido mediante un sofisticado juego de sutiles e inesperados descubrimientos.
Si nos centramos en esta exposición de San Antonio Abad, el visitante se encontrará también con una suerte de arte del camuflaje pero perteneciente a un orden bien distinto. Si en la exposición anterior la sorpresa era fruto del disimulo de las cosas en el lugar, de las cosas en su “naturaleza” o en su “sitio”, ahora el desconcierto del espectador será resultado de un equívoco que podríamos llamar de orden “lingüístico” entre la cosa y su forma, una confusión que permite que las piezas parezcan no tanto constituidas como disfrazadas por una forma.Este teatrillo –y no es casual que lo primero que encuentre el visitante sea el dibujo de un teatrillo – donde las cosas parecen enmascaradas por su forma se produce en ese espacio intermedio, tan difícil de delimitar y definir, entre la cosa y su representación. En este caso se trata de objetos de carácter cotidiano, perfectamente reconocibles aunque sin funcionalidad, a los que parece haberles sido extraída su forma por un proceso de taxidermia o desecación, como ocurre en esas vitrinas donde las mariposas quedan fijadas a su silueta más propia, abstraídas en su “imagen”, o como en aquellos herbarios tradicionales donde las hojas o las flores, aplanadas, vienen a reducirse a su propio dibujo. Se trata en realidad de esculturas que tienden hacia la planitud, de volúmenes que vienen a confundirse con su contorno, con el icono que las identifica, de aquí que si observamos su obra de manera retrospectiva nos de la sensación de que sus piezas han ido evolucionado paulatinamente de la ocupación del espacio a la ocupación de la pared. Una deriva que viene determinada por ese aplanamiento, por ese proceso de abstracción o reducción, gracias al cual una cosa pasa a confundirse con su esquema, con su “imagen” esquemática, como una especie de emblema de sí misma.Sus esculturas,como en aquella célebre novela tan apreciada por físicos y matemáticos escrita por Edwin Abbott en 1884, Planilandia,han atravesado el mundo del que procedían, Espaciolandia, para adentrarse en otro de dos dimensiones. Siguiendo con el símil de un mundo bidimensional, podemos apreciar que el paso de una a otra dimensión no afecta a la obra sólo en lo que atañe a los valores espaciales sino también en lo que concierne al tiempo, conocido como la cuarta dimensión. Con este cambio del que venimos hablando también la temporalidad de su obra se ha modificado, ahora sus piezas ya no parecen afectadas por el paso del tiempo, por aquellas huellas de la transitoriedad que localizábamos en su obra anterior.Se trata más bien de figuras depuradas hasta su expresión formal más básica y que aparecen aisladas, abstraídas, del devenir temporal. Foucault puede ayudarnos a esclarecer, en alguna medida, el juego que se produce en estas obras entre la representación por semejanza, característica de la tradición moderna desde el Renacimiento y la reducción de lo representado a una imagen enunciada, esquemática, como si aspirara a convertirse en un emblema o signo icónico de sí misma. A este propósito, y en referencia directa a Magritte, afirmaba el filósofo francés: “Volvamos a ese dibujo de la pipa que, de un modo tan claro, se parece, se asemeja a una pipa; a ese texto escrito que se asemeja tan exactamente al dibujo de un texto escrito. De hecho, lanzados unos contra los otros, o incluso simplemente yuxtapuestos, estos elementos anulan la semejanza intrínseca que parecen tener en ellos y poco a poco se esboza una red abierta de similitudes. Abierta, no a la pipa “real” , ausente de todos esos dibujos y de todas esas palabras, sino abierta a todos los demás elementos similares (comprendidos en ellos todas las pipas “reales”, de tierra, de espuma, de madera , etc.) que una vez presos en esa red tendrían sitio y función de simulacro”(1).
También en Guenda nos encontramos con una voluntad consciente por anular la semejanza de sus figuras, así la figura de sus hombrecillos, por ejemplo, no busca la representación por semejanza, su individualidad concreta, sino su reducción a signo de la figura humana. Es también el caso del banco, más equívoco que el anterior, que mientras en la sala se presenta como si fuese un banco “real”, lo cierto es que funciona como signo de un concepto visual, aquel que correspondería a todos los bancos de mundo; y de esa manera viene a constituirse en su frágil y simplificada estructura, tan básica que parece apenas esbozada en un elemento más de una inmensa cadena, de esa red inabarcable de bancos, que lo convierten, en definitiva, en el simulacro de un banco. Esta forma de abordar la imagen como una “red abierta de similitudes” donde las figuras ya no se afirman en su semejanza a un referente exterior, sino que se afirman en la relación de contigüidad de unas con otras, por su similitud en definitiva (por ejemplo, entre el signo gráfico de un icono y el signo gráfico de una palabra en el caso de Magritte), apunta a una de las características fundamentales del arte contemporáneo: la naturaleza de la imagen como simulacro. Dicho de otro modo, la negación del vínculo que unía las figuras con su referente exterior por semejanza para afirmar, ahora, los vínculos de similitud entre los elementos – meros signos – que componen las series.Se trata de un fenómeno que Jean Clair ha sabido definir con lucidez en sus estudios sobre De Chirico y que cabría poner en relación con la actitud profundamente melancólica con la que el arte contemporáneo se enfrenta a las imágenes: “[…] se disuelve la afinidad entre lo representado y el representante, siendo objeto de suspición el hecho de creer, sin previo exámen, que la experiencia lleva al conocimiento de las cosas mismas, sin prejuicios culturales; se disuelve también la equivalencia mantenida hasta entonces entre semejanza y afirmación.Todo objeto deja de ser aquí objeto de reconocimiento: se convierte en objeto de estupor” (2).De ahí que hayamos señalado la ambigüedad de sus piezas cuando cuestionan ese nexo de unión entre el objeto –“real”– y su representación –“simulada”–. Este difícil equilibrio que mantienen las piezas de Guenda en el plano conceptual tiene su contrapartida en el inestable equilibrio que mantienen sus piezas en el plano físico. En efecto, buena parte de sus obras mantienen una frágil estabilidad entre sus partes, ensambladas sin ningún elemento que afiance sus junturas, y es precisamente la tensión que se produce entre esas partes, encajadas entre sí, la que da lugar a esa débil autosustentación que las caracteriza. Así, por ejemplo, piezas como la Reconstrucción del ciprés (1999), la de los hombres o la del banco, suponen un precario intento de ensamblar las distintas partes que las componen logrando, de esta forma, mantenerlas en suspensión y evitar así la caída – el caos –.Un aspecto fundamental en su obra anterior, como ya hemos indicado, era el modo en el que se recreaba en las cualidades de los materiales, en la calidez que inundaba cada pieza, en el modo en el que el material apenas acariciado parecía mostrar su conformidad ante la manipulación a la que era sometido. En la actualidad la artista ha trasladado su interés de aquella recreación en el diálogo con los materiales a otro campo distinto, el de la representación entendida como un problema de signos. Este desplazamiento ha provocado que sus obras recientes se hayan ido alejando de aquella poética de la materia a la que nos referíamos anteriormente, no obstante eso no significa que hayan derivado hacia una estricta frialdad formal, sino que en ellas se mantiene una concordancia entre lo que dicen las figuras y lo que dicen, aunque ahora no en primer plano, los materiales.
Son numerosos los temas sobre lo que podríamos detenernos en esta exposición,es el caso de ese equívoco amaneramiento del bouquet de flores; o el de esos hombres de madera, repetidos e indiferenciados, que a causa de su amontonamiento en el umbral de una de las salas frustran y niegan tanto la mirada como el acceso a su interior; o el de ese banco que por su situación en el centro de la sala, señalando la posición del espectador, alude a la inevitable nostalgia que se produce en la forma de contemplar la obra de arte en la Modernidad. Sin embargo no quisiera finalizar sin explicar brevemente los motivos que me han llevado a titular este texto Sobre una exposición de dibujos. Por una parte, los objetos, a pesar de estar inmersos en un espacio tridimensional, provocan una interpretación bidimensional, es decir, los volúmenes se aplanan dando paso a la silueta, al dibujo. Las patas del banco, por ejemplo, vistas de frente son simples líneas rectas, es decir, vienen a reafirmar la primacía de lo ilusorio. Es lo mismo que ocurre con otra de las piezas, una estantería en la cual los libros son reducidos a su volumen estricto mediante cajas simples formadas por planos de DM. Por otra, el uso de los materiales, como ocurre en las maquetas, nos remite a la obra como esbozo, eso es lo que ocurre con el papel cuando se utiliza como soporte de un vestido; es también lo que ocurre con el DM usado como soporte de una estantería. En esta manera de proceder se aprecia el carácter perentorio de los materiales empleados, como ocurre cuando se proyecta algo que debe visualizarse previamente, se trata, pues, de obras inconclusas, inacabadas, de bocetos previos a su construcción definitiva. Eso es lo que ocurre en definitiva con ese arte de dibujar que, no está de más recordarlo, se define como “la representación gráfica de una imagen sobre una superficie plana”. Quizás también por eso podríamos haber titulado este texto Esculturas en Planilandia. Un lugar en el que Guenda Herrera ha encontrado una vía para seguir adelante en su proyecto plástico, un camino que puede ser aparentemente sencillo pero que es resultado de una evolución compleja, una senda atravesada por múltiples y sugerentes sentidos, un escenario donde lo representado alude a la dificultad de todo representar, donde lo real es cuestionado en sus múltiples disfraces, donde, como le ocurriera a Peter Pan, los objetos andan a la caza de su sombra, de su propia imagen, donde, en definitiva, las palabras, las figuras, andan impotentes al acecho de las cosas.
Natalia Álvarez Simó
(1) Michel Foucault: Esto no es una pipa. Anagrama, 1981
(2) Jean Clair: Malinconia
Trayectoria artística
Exposiciones individuales (Selección)
1999
- "Sitio". Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria
2008
- "Cáscaras, reflexiones sobre el dibujo y la forma”. Gabinete Literario, Las Palmas de Gran Canaria
Exposiciones colectivas (Selección)
1997
- "Arte Centro". Santa Cruz de Tenerife
“Homenaje a La Laguna”. Ermita de San Miguel, La Laguna, Tenerife
“El Renacimiento del Espacio Pictórico”. Sala de Arte La Granja. Santa Cruz de Tenerife
“Seleccionados 97 (Selección de Alumnos de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna)”. Colegio Oficial de Arquitectos, COAC, Santa Cruz de Tenerife
1998
- "Telúrica Secreta". Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria ; Centro de Arte La Granja, Tenerife ; Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, Tenerife
- "Colectiva con Magnolia Soto, Cristina Gámez y Eva Paz". Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife, Tenerife
- "Mangas Verdes". Casa Humboldt, La Habana, Cuba
- "IV Bienal de Artes Plásticas 1998". Museo Municipal de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife, Accésit de Escultura
- "New Art Barcelona". (Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria), Barcelona
1999
- "Arco 99 Madrid". (Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria), Madrid
- "Mangas Verdes". Caja Canarias, La Laguna, Tenerife
- "La Isla Taller". Centro de Arte La Recova, Santa Cruz de Tenerife
- "Ceci n´est pas une exposition de femmes". Ermita de San Miguel, La Laguna, Tenerife
- "Convergencias/Divergencias: aproximación a la reciente escena artística en Canarias". Exposición comisariada por Antonio Zaya, Centro Atlántico de Arte Moderno-CAAM, Las Palmas de Gran Canaria
2000
- "Arco 2000" (Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria), Madrid
- "Exposición Paradores". Sala Miró del Palacio de Congresos de Madrid, Madrid
- "V Bienal de Artes Plásticas". Centro de Arte La Recova, Santa Cruz de Tenerife
2001
- "El bosque animado". Convento de Costa de Teguise, Lanzarote
- "Arco 2001" (Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria), Madrid
- "Las hijas de la tierra". Sala de arte La Recova, Santa Cruz de Tenerife
2002
- "Arco 2002" (Galería Manuel Ojeda, Las Palmas de Gran Canaria), Madrid
- "La Colección 1". Centro Atlántico de Arte Moderno, CAAM, Las Palmas de Gran Canaria
2003
- "Proyecta: Guerra & Herrera". Sala San Antonio Abad, Centro Atlántico de Arte Moderno, CAAM, Las Palmas de Gran Canaria
- "Pieles". Exposición comisariada por Clara Muñoz. Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria; Centro de Arte La Granja, Santa Cruz de Tenerife
- “Las tentaciones de San Antonio”. Centro Atlántico de Arte Moderno, CAAM, Las Palmas de Gran Canaria
2009
- “Diálogos”. Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria
2012
- “Reinventar la isla 2 : artistas canarios en la colección CAAM (– últimas generaciones)”. San Martín Centro de Cultura Contemporánea, Las Palmas de Gran Canaria
2013
- “Cuaderno de Bitácora. 1: obras sobre papel en la Colección CAAM”. Centro Atlántico de Arte Moderno, CAAM, Las Palmas de Gran Canaria
- “Construcciones de Eva”. Galería de Arte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
2014
- “Proyecto de ilustración para poemario de Artemisia”. Casa de Colón, Las Palmas de Gran Canaria
“Cruce de colecciones : 25.º aniversario del CAAM”. Centro Atlántico de Arte Moderno, CAAM, Las Palmas de Gran Canaria
Otros
Premios, Becas, Fondos y Adquisiciones
- Accésit de escultura en la IV Bienal de Artes Plásticas de Santa Cruz de Tenerife
- Accésit de escultura en la V Bienal de Artes Plásticas de Santa Cruz de Tenerife
- Beca de Creación Artística de Paradores Nacionales
- Fondos del Colegio Oficial de Arquitectos de Santa Cruz de Tenerife
- Fondos del Ayuntamiento de San Miguel de La Laguna
- Fondos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife
- Fondos de la Colección de Amigos del Reina Sofía
- Fondos de Paradores Nacionales
- Fondos del Centro Atlántico de Arte Moderno-CAAM, Las Palmas de Gran Canaria
- Fondos de la Fundación APM. Las Palmas de Gran Canaria
- Fondos del Instituto Óscar Domínguez de Arte Contemporáneo-IODAC, de Tenerife
- Autora del Cartel del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, 2002
Hipervínculos